Rehabilitación holística
La rehabilitación de pacientes laringectomizados es muy compleja y comprende varias subespecialidades. Las primeras medidas de rehabilitación ya se adoptan en el hospital de agudos. Aquí se trata de preparar a los afectados para una vida autónoma en su propio domicilio..
Después de la estancia en el hospital es factible solicitar una rehabilitación complementaria, como una terapia de seguimiento. Los objetivos de las medidas de rehabilitación son tratar lo mejor posible las deficiencias derivadas de la enfermedad y, en el mejor de los casos, superarlas. En el caso de los pacientes sometidos a cirugía laríngea, la rehabilitación fonatoria ocupa un puesto destacado. En algunos casos, el objetivo deseado es también recuperar la capacidad laboral y poder reincorporarse al trabajo..
Los objetivos individuales de la rehabilitación están firmemente entrelazados y son inseparables.
Áreas de la rehabilitación holística
Rehabilitación pulmonar
Debido a la extirpación de la laringe, el afectado respira exclusivamente por el traqueostoma. En consecuencia, se suprime la importante función de la nariz durante la respiración nasal. La nariz filtra, limpia y calienta el aire respiratorio. Se trata de funciones sumamente importantes que se deben sustituir lo mejor posible. La rehabilitación pulmonar tiene por objeto mantener y normalizar la función de los pulmones y la respiración en la medida de lo posible para mejorar la capacidad de carga y, en consecuencia, la calidad de vida de la persona afectada.
Las complicaciones pulmonares más frecuentes son, p. ej., una mayor producción de secreciones, sequedad de las mucosas de la tráquea, tos intensa frecuente, disnea y ruidos respiratorios. Para contrarrestar estas complicaciones, se ha diseñado la «nariz artificial» o «nariz húmeda». Se trata de un filtro HME (Heat and Moisture Exchanger = intercambiador de calor y humedad) que añade calor y humedad al aire que respira cuando inhala.
Estos filtros son adecuados para todos los pacientes, independientemente de la voz de reemplazo que se adquiera. Los usuarios de una prótesis fonatoria tienen a su disposición versiones de filtros especiales que se obturan con el dedo para hablar. Los filtros HME se insertan en la cánula de silicona o en sistemas de parches especialmente diseñados.
Para evitar complicaciones pulmonares a largo plazo, la rehabilitación pulmonar es una parte crítica de las medidas destinadas a mejorar la calidad de vida. En logopedia se pueden practicar con este fin ejercicios respiratorios específicos. También las inhalaciones periódicas son cruciales para la salud pulmonar. Además, la actividad física favorece a largo plazo el desarrollo del volumen pulmonar tras la laringectomía.
Olfato y gusto
Como es sabido, el placer de comer está directamente relacionado con el olfato y el gusto. Y al mismo tiempo, una buena situación nutricional ayuda a hacer frente a enfermedades graves y favorece la recuperación de los afectados. La rehabilitación olfativa y gustativa son, por lo tanto, componentes complementarios del concepto de recuperación holística tras una laringectomía o traqueotomía..
Tras la intervención quirúrgica, la persona ya no respira por la nariz. En consecuencia, el sentido del olfato está al principio claramente limitado. Sin embargo, muchos matices del gusto se perciben por el olfato, por lo que la degustación también está limitada. Con ejercicios específicos y medidas de rehabilitación, es posible volver a mejorar significativamente la función olfativa. En logopedia se pueden practicar con este fin diferentes ejercicios.
A menudo también es posible utilizar un tubo olfatorio o un entrenador olfatorio. En este caso es especialmente útil comenzar los ejercicios en una fase temprana para lograr un éxito rápido. Dado que los afectados suelen percibir la pérdida del sentido del olfato como una merma de la calidad de vida, es muy importante no descuidar este aspecto de la rehabilitación.
Comer y beber
Comer es mucho más que ingerir alimentos. Se trata de disfrutar y relacionarse. Cuando nos reunimos con amigos o familiares, solemos hacerlo para compartir algo de comer, por ejemplo, tarta con café o una barbacoa.
Una persona sana traga unas 2000 veces al día. Debido a la constante producción de saliva, tiene que hacerlo aproximadamente una vez por minuto. Esto sucede automáticamente, sin pensarlo.
Tras la laringectomía, las vías respiratorias y alimentarias quedan completamente separadas. Cuanto pasa por la boca y se traga acaba en el esófago y el estómago. Por razones anatómicas, «atragantarse» en el sentido convencional ya no es posible tras la laringectomía. La función de deglución propiamente dicha solo se ve ligeramente afectada por la intervención quirúrgica. No obstante, pueden producirse complicaciones, p. ej., derivadas de la irradiación. Es posible que la producción de saliva se reduzca o que los alimentos se atasquen en la entrada estrechada del esófago.
En caso necesario se pueden aprender en logopedia técnicas especiales de deglución. Mediante determinadas secuencias de movimientos y el entrenamiento de los músculos correspondientes, se puede reforzar la deglución y reducir significativamente la obstrucción de alimentos. Es posible lograrlo en poco tiempo, si se adecua la consistencia de la comida, así como si se toman otras medidas adaptativas y compensatorias. En caso de dificultades persistentes en la ingesta, se debe consultar a un asesor nutricional profesional.
Fisioterapia y drenaje linfático
Debido a la prolongada intervención quirúrgica, la anatomía alterada, el dolor y la postura antiálgica resultante, los afectados son susceptibles de padecer contracturas y trastornos del sistema musculoesquelético. Pueden aparecer sobre todo dolores en el cuello y los hombros. Para contrarrestarlos es muy útil el tratamiento fisioterapéutico. Este puede mejorar el movimiento y aliviar el dolor mediante ejercicios específicos. La fisioterapia también forma parte de la rehabilitación holística y la puede prescribir el médico en función de la situación diagnóstica.
Al extirpar quirúrgicamente la laringe, es inevitable seccionar conductos linfáticos. A menudo, durante la laringectomía también se extirpan los numerosos ganglios linfáticos situados en el cuello. Se hace mediante linfadenectomía cervical, para aumentar la probabilidad de recuperación del afectado y evitar una recidiva. Debido a esta alteración significativa de las situación anatómica, a menudo se produce congestión linfática en el tejido. Se acumula líquido entre las células. La piel adquiere una textura encogida, tirante e hinchada. El resultado es una incómoda sensación de rigidez, puede ser doloroso y afectar significativamente a la rehabilitación vocal y a la deglución, así como la movilidad de la región tisular del cuello. El drenaje linfático necesario en este caso lo realizan fisioterapeutas especialmente formados. Se moviliza el líquido del tejido hacia los conductos linfáticos restantes, para que pueda metabolizarse de forma natural. El tejido vuelve a ablandarse y el dolor y las molestias se reducen notablemente. El drenaje linfático se debe realizar periódicamente. El drenaje linfático debe iniciarse lo antes posible al concluir el tratamiento clínico. El tiempo exacto lo determina el otorrinolaringólogo, en coordinación con el radioterapeuta. Este también expide la receta para el tratamiento.
Retrato
de paciente
Ejemplos de rehabilitación holística de nuestros pacientes. Cada testimonio cuenta su propia experiencia y da una idea de qué es vivir con traqueostoma.