Una alma que baila


 

Su vida es la danza. De hecho, mantiene viva a Eva-Maria Nussdorfer en muchos sentidos. La silla de ruedas también forma parte del conjunto. Desde que tenía 7 años, ha sido su compañera diaria, su vehículo, su apoyo. Al principio, ni siquiera se le ocurrió la posibilidad de bailar con ella.

 

A Eva-Maria le diagnosticaron un cáncer de huesos a los seis años. Más tarde, también desarrolló distrofia muscular. Ha superado con éxito el cáncer, pero la debilidad muscular sigue acompañándola. La silla de ruedas fue una primera consecuencia. Años después, vino a añadirse la traqueotomía. Ahora, la Sra. Nussdorfer tan solo puede mover los dedos. ¡Pero sabe bailar!

 

La austriaca «tropezó» con el baile en silla de ruedas en Internet, por así decirlo, buscando un pasatiempo para usuarios de este vehículo. Como utiliza una silla de ruedas eléctrica, la gama de aficiones entre las que elegir no era muy amplia, pero la danza le interesaba. Escribió al club municipal de Salzburgo y la invitaron a un entrenamiento de prueba. Cuando entró en la sala, vio a su actual amiga Sanja Vukasinovic (3 veces subcampeona de Europa y campeona de Europa individual de estilo libre) bailando con su silla de ruedas y quedó fascinada. Desde entonces, no ha dejado de bailar: lleva 15 años haciéndolo con toda su alma. Bailar, dice, es el pasatiempo más hermoso.

 

 

Eva-Maria Nussdorfer (nacida en 1987)

Andreas Fahl Medizintechnik-Vertrieb GmbH la atiende activamente desde hace 10 años. Mantienen el contacto desde la conversación en el hospital, tras la traqueotomía. Le gusta especialmente la competente dedicación de su asesor de FAHL, Andreas Wirth, que siempre busca soluciones. (¡Gracias Andi!)

De aficionada a bailarina profesional

Su entrenador, Diethard Govekar, cuenta que primero tuvieron que reflexionar sobre el uso de la silla de ruedas eléctrica en el equipo. Hasta entonces, solo sabían cómo funcionaban las llamadas sillas de ruedas activas. Pero la motivación y el afán de Eva-Maria no tardaron en convencer al entrenador. Desde el principio, Eva tuvo claro que bailar solo por diversión no era suficiente: ¡Quería entrar en el equipo nacional! Por supuesto, esto implica un entrenamiento continuo. Cada semana se ejercita de dos a tres horas en el club y, antes de los torneos, también el fin de semana. También acude regularmente a campamentos de entreno.

En su larga carrera como bailarina, ha bailado en muchas disciplinas diferentes, con y sin pareja. Tiene en su haber numerosas medallas y éxitos; a dúo, por ejemplo, ganó el oro en la Copa de Alemania de 2018.

 

En su larga carrera como bailarina, ha bailado en muchas disciplinas diferentes, con y sin pareja. Tiene en su haber numerosas medallas y éxitos; a dúo, por ejemplo, ganó el oro en la Copa de Alemania de 2018.

 

El club organiza para ella los viajes a los torneos. Su madre, Maria, la acompaña en estos viajes y es, por supuesto, su mayor admiradora. Sin su apoyo, ni siquiera podría participar. Tiene que planificarlo todo bien, por los recursos que precisa durante el viaje, y siempre lleva su equipo médico por triplicado.

 

Durante la competición, sin embargo, su enfermedad ya no importa. «En el torneo no soy Eva-Maria, que lleva un traqueostoma, sino Eva-Maria, la atleta que compite por su país, Austria.» Bailar es para ella un mundo aparte. Uno que tiene que ver con el ritmo, el movimiento y la interpretación. Cuando Eva-Maria está en la pista de baile, solo existen ella, su silla y la música.

 

 

Precisión radiante

También disfruta con los bonitos vestidos de baile. De momento tiene cuatro: uno blanco, uno rosa, uno verde-negro y, especialmente para la categoría de estilo libre, su vestido morado. Además de los glamurosos vestidos, la radiante sonrisa de Eva-Maria atrae todas las miradas. Con precisión, se mueve concentrada por el lugar al ritmo de la música y encandila a su público. Para alguien que la ve bailar en su silla de ruedas eléctrica por primera vez, es una experiencia impresionante. Normalmente, en la danza en silla de ruedas, los brazos del bailarín sustituyen los pasos. Como Eva-Maria solo puede mover los dedos, su silla hace la mayor parte del trabajo. Esto significa que, con la ayuda de su joystick, despliega todos los movimientos de piernas, brazos y demás articulaciones, coordinados con precisión y coreografiados al son de la música. Un espectador dijo una vez: «No veo pies, pero veo la música.»

Además de bailar, Eva-Maria trabaja a tiempo parcial en el ayuntamiento de Bergheim en la centralita telefónica, entre otras cosas. No le cuesta hablar. Ha probado bastantes recursos a lo largo de los años y ahora está bien asistida con su cánula traqueal Duratwix, emparejada con una válvula fonatoria. Enfrentarse a la vida cotidiana no es un gran problema para esta mujer de Bergheim llena de energía.

 

Pero lo más importante para ella es siempre el baile. «Mi vida es bailar. Antes de ser bailarina era muy tímida. Desde que bailo, tengo mucha más confianza en mí misma», dice, esbozando su brillante sonrisa. Ya durante nuestra entrevista quedamos muy impresionados por la personalidad y la fuerza de voluntad de Eva-Maria. En la vida puede haber algún que otro tropiezo, pero para Eva-Maria Nussdorfer la vida es una danza que le inspira el alma.

 

 

Club Deportivo de Baile en Silla de Ruedas de Salzburgo WheelChairDancer

«No hace falta saber bailar, pero podéis aprender con nosotros… por pura diversión o más motivos, dependiendo de vuestras necesidades. ¡Hacednos una visita y probad! ¡Esperamos veros pronto!

Bailar (en silla de ruedas) es soñar con el alma sobre ruedas...»