Laringectomía

Laringectomía y el diagnóstico «cáncer de laringe»

Laringectomía y el diagnóstico «cáncer de laringe»

El diagnóstico "cáncer de laringe" casi siempre llega de forma repentina e inesperada. Tanto mayores son los temores y preocupaciones que genera en usted y sus familiares.

En la primera charla con el médico responsable del tratamiento ya recibirá gran cantidad de información. Le comunicarán las etapas que le aguardan y le hablarán de la gran transformación que su vida está a punto de emprender. En un primer momento, le costará recordar todos los pormenores y detalles.  El orificio respiratorio practicado quirúrgicamente en el cuello, el «traqueostoma» y la vía respiratoria modificada son ahora parte del cuerpo. Van a suponer, tanto para usted como para su familia, nuevos retos. De pronto, lo cotidiano adquiere un significado diferente.

Mientras que la traqueotomía se limita a abrir la tráquea, la laringectomía modifica fundamentalmente la anatomía. Suele deberse a un cáncer de laringe avanzado, que requiere la extirpación quirúrgica completa de la laringe, incluidas las cuerdas vocales y la epiglotis.

 

Debido a la omisión resultante de la gestión de las funciones necesarias (ingesta segura de alimentos, respiración, fonación) en la faringe, se requiere una separación funcional completa de tráquea y esófago para evitar la deglución permanente de saliva y alimentos. Posteriormente, la inspiración y la espiración solo tienen lugar a través del traqueostoma. Las vías respiratorias superiores y las importantes funciones de humidificación, calentamiento y filtrado vinculadas a ellas dejan permanentemente de ser operativas. Los cambios anatómicos tras una laringectomía son irreversibles y, por tanto, obligan al paciente a respirar por traqueostomía de por vida.

A pesar de la gravedad del cuadro clínico y de la frecuencia cada vez mayor de la enfermedad, especialmente en edades tempranas, la concienciación en nuestra sociedad sigue siendo relativamente baja. Los siguientes factores de riesgo son decisivos para el desarrollo de un carcinoma de laringe:

  • Consumo habitual de tabaco
  • Consumo de alcohol
  • Papilomavirus humano (VPH)
  • Agentes nocivos (toxinas) específicos

¿Siempre se extirpa la laringe?

No. En función de los resultados actuales, el médico responsable sopesará detenidamente si es imprescindible una laringectomía completa o si son posibles tratamientos alternativos para preservar el órgano. Para la decisión correcta son especialmente importantes determinados parámetros. Así, además de la ubicación del tumor, el estadio tumoral y su tipo, la movilidad de las cuerdas vocales también es un indicio importante para la elección adecuada del tratamiento. A raíz del tratamiento suele ser necesario un traqueostoma. Este puede ser temporal o, en casos especiales, permanente. En función de la neoplasia específica, los métodos de preservación de órganos, como la quimioterapia o el tratamiento con anticuerpos, la radioterapia, etc., son otras opciones de tratamiento que a menudo debaten y coordinan los médicos responsables en interconsulta con diferentes especialidades médicas (comisión de tumores) para cada paciente.

¿Qué cambia en el ámbito de la fisiología?

Las vías respiratorias, en particular, son un segmento corporal de diseño muy sofisticado. La nasofaringe ofrece una superficie especialmente amplia, del todo cubierta de mucosa y ocupada por cilios/epitelio. Estas estructuras sincronizadas calientan y humedecen de inmediato el aire respiratorio inspirado, además de filtrar las partículas de suciedad indeseadas. El transporte de estas partículas hacia los pulmones se evita en gran medida gracias a los movimientos de los cilios, que permite eliminarlas ampliamente por deglución.

Las vías respiratorias, en particular, son un segmento corporal de diseño muy sofisticado. La nasofaringe ofrece una superficie especialmente amplia, del todo cubierta de mucosa y ocupada por cilios/epitelio. Estas estructuras sincronizadas calientan y humedecen de inmediato el aire respiratorio inspirado, además de filtrar las partículas de suciedad indeseadas. El transporte de estas partículas hacia los pulmones se evita en gran medida gracias a los movimientos de los cilios, que permite eliminarlas ampliamente por deglución.

La función de la tos, por su parte, depende de la generación de la presión necesaria. En una persona sana, se produce por el cierre de la laringe con la epiglotis en combinación con los grupos musculares encargados de la prensa abdominal. Tanto en los pacientes traqueotomizados como en los poslaringectomizados, este mecanismo deja de funcionar temporal o permanentemente. Las limitaciones funcionales son una consecuencia lógica y deberían tenerse en cuenta obligatoriamente en la rehabilitación holística de estos grupos de pacientes.

Antes de la laringectomía

  • Laringe presente
  • Esófago y tráquea intactos
  • Punto de intersección laringe
  • Fonación/direccionamiento/protección
  • Respiración oronasofaríngea

Tras la laringectomía

  • Laringe extirpada
  • Separación de tráquea y esófago
  • Traqueostoma terminal
  • Respiración exclusiva por el traqueostoma
  • Irreversible

¿Qué limitaciones cabe esperar?

El cambio de la anatomía tras la traqueotomía y la laringectomía conlleva pérdidas funcionales específicas. Funciones que las personas sanas dan por sentadas, como la voz o el olfato y el gusto, dejan desaparecen por completo o temporalmente.

No es infrecuente que los pacientes con traqueostoma experimenten, además, una reducción significativa de su rendimiento, con la consiguiente disminución de la calidad de vida. Por eso son aún más importantes las medidas de rehabilitación perfectamente adaptadas a las condiciones de vida individuales, que permitan afrontar la vida cotidiana incluso en esas nuevas condiciones.

Estas medidas se deben planificar y aplicar en función de los recursos y necesidades individuales del paciente, con el fin de sustituir o devolver las funciones perdidas de la mejor manera posible. Hay varias opciones de rehabilitación para prácticamente todas las pérdidas funcionales sufridas.

 

 

Pérdida de la función nasal

 

 

Riesgo al ducharse, bañarse o nadar

 

 

Limitación del sentido del gusto

 

 

Afonía primaria

 

 

Separación de tráquea y esófago

 

 

Menor fuerza de levantamiento

 

 

Alteración de las vías respiratorias

 

 

Pérdida de peso pre y postoperatoria

 

 

Pérdida de la prensa abdominal

 


¿Quién enferma y a qué edad?

La incidencia del carcinoma de laringe es cinco veces superior en los hombres que en las mujeres. Sin embargo, la incidencia de la enfermedad está aumentando en las mujeres. En general, el riesgo de desarrollar un tumor aumenta a partir de los 40 años. En cambio, es más probable una relación entre las infecciones por VPH y los tumores de cabeza y cuello, especialmente en los grupos de población más jóvenes.

Los signos típicos de un tumor de cabeza y cuello son:

  • Llagas en la lengua, úlceras bucales que no cicatrizan o manchas rojas o blancas en la boca
  • Dolor de garganta
  • Ronquera persistente
  • Dolor o trastornos de deglución
  • Hinchazón en la nuca
  • Obstrucción nasal en un lado o secreción sanguinolenta por la nariz

Consecuencias de la laringectomía

La operación y los cambios asociados suponen sin duda un cambio drástico en las condiciones de vida de los pacientes. Las vías respiratorias se transforman y siguen haciéndolo en el transcurso de la vida. De respirar por la boca/nariz, se pasa a respirar por la garganta. Esto entraña particulares retos para las condiciones de vida personales. Se requieren recursos hasta ahora desconocidos, que hay que aplicar o manejar.

A veces, las consecuencias de numerosas medidas diagnósticas, de una larga anestesia, radioterapia o quimioterapia acompañan al afectado largo tiempo. Pueden derivarse cansancio extremo y disminución del rendimiento, e incluso síndrome de fatiga crónica. No es infrecuente que aparezcan problemas psicológicos como apatía, aislamiento en la esfera social y profesional, ansiedad e incluso depresión. Asimismo, pueden producirse complicaciones especiales en el traqueostoma. Se describen hemorragias, infecciones, granulomas/nódulos, estenosis/constricción, retracciones y formación de cicatrices.

Pérdida de funcionalidad y cambios físicos

También se deben señalar los cambios visibles del aspecto externo previstos, asociados a la enfermedad y al tratamiento. Estos pueden ser pasajeros o permanentes. En el postoperatorio de diversas enfermedades tumorales de la zona cervical y nasofaríngea se observa con frecuencia un edema (hinchazón) manifiesto en la zona facial.

Los vendajes compresivos en la zona del cuello refuerzan esta impresión. Después de la operación, se suele dejar fijada durante unos días una sonda transnasal en la cara. Y, por supuesto, el traqueostoma en sí suele provocar principalmente un rechazo de la propia imagen.

Mientras que la traqueotomía ofrece a menudo la posibilidad de reconversión, en el paciente laringectomizado el traqueostoma constituye de por vida el orificio de comunicación con la tráquea. Además, la linfadenectomía cervical (uni o bilateral), a veces necesaria, también conlleva una reducción marcada permanentemente reconocible del tejido del cuello en los pacientes.

Rehabilitación y tratamiento médico

La rehabilitación de pacientes laringectomizados es muy compleja y comprende varias subespecialidades. Las primeras medidas de rehabilitación ya se adoptan en el hospital de agudos. Aquí también se trata de preparar a los afectados para una vida autónoma en su propio domicilio.

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