Una zambullida en el agua

 

Goethe deseaba fervientemente aprender a nadar. Creía que en el agua podría vivir en armonía con la naturaleza. Thomas Becks experimenta ingravidez en este elemento, lo que para él es sinónimo de absoluta relajación.

El último número de «Schon gehört?» trató el importante tema de la sustitución. La quintaesencia fue que ante todo debemos tomar los cambios en positivo, para reconocer y aprovechar las oportunidades que puedan presentar. Hablando de cambios, Thomas también ha experimentado muchos cambios en los últimos años. Está laringectomizado y en el transcurso de esta intervención también ha cambiado su lugar en la piscina. Del pasado, trabajando al borde de la piscina como trabajador social infantil y juvenil, a la actualidad, zambulléndose en el agua fría. Entendiéndose la «zambullida en el agua fría» en sentido figurado.

Thomas ya lleva diez años laringectomizado. En su segunda rehabilitación, tuvo su primer contacto con la llamada terapia acuática para laringectomizados. Al principio, la posibilidad de volver a nadar a pesar del traqueostoma le desconcertó, pero luego le pareció interesante. Así que se dejó encantado instruir en el uso del aparato de terapia acuática, y más tarde, gracias a su motivación, vino la formación como encargado de terapia acuática. Esa formación le habilitaría para instruir él también a otras personas afectadas y entusiasmarlas por esta área de rehabilitación.

Cuando las piscinas están abiertas, Thomas nada unos 20 largos y lo hace con regularidad. La natación tiene varias ventajas para él. Por ejemplo, se concentra mucho en la respiración y fortalece los músculos respiratorios. En general, es una persona muy deportista, monta mucho en bicicleta, va al gimnasio o practica marcha nórdica por el campo.

 

«Nado siempre en el borde; si algo falla, tengo donde agarrarme.»

Por supuesto, Thomas también es consciente de los peligros que entraña su afición. Afortunadamente, hasta ahora nunca se ha producido una situación peligrosa en el agua. Sin embargo, también hay que ser precavidos en el medio acuático. Por ejemplo, si hay niños jugando en el borde de la piscina. Lo mejor, aconseja, es no bañarse nunca solo y permanecer siempre en el borde de la piscina para aferrarse enseguida en caso de que ocurra algo. También es útil hablar en general con el socorrista o el servicio de rescate antes de nadar e indicarles las circunstancias especiales y los peligros correspondientes. Él siempre va a nadar con un amigo. No obstante, conoce situaciones arriesgadas de otras personas afectadas. Por lo tanto, la instrucción profesional en el dispositivo especial de terapia acuática (LARCHEL®) es indispensable para minimizar los riesgos.

Thomas Becks

Thomas lleva laringectomizado unos diez años. Inmediatamente después de la operación, aprendió a hablar con una válvula de derivación. Actualmente hace su vida cotidiana —o, mejor dicho, su vida transformada— con la mayor normalidad posible. Su secreto es su pasión por el deporte, que le mantiene en forma.Thomas Becks conoce la empresa Fahl desde hace muchos años y elogia el servicio enfocado en el cliente que aprecia en cada ocasión, p. ej., en las reuniones o actos de la asociación de laringectomizados. Muchas gracias por esta charla tan agradable.

Cuando Thomas no está braceando en el agua, hace tareas mecánicas en el garaje. «Hacer tareas mecánicas» es poco decir. En su amplio garaje con plataforma elevadora, trabaja con entusiasmo restaurando Minis antiguos. En el pasado, formaban parte de su agenda las visitas a ferias de automóviles clásicos. Hoy prefiere conducir por el campo con su mujer y presentar sus habilidades de restauración en las carreteras. Sus recorridos los llevan hasta Escocia e Inglaterra, y no con poca frecuencia. Dos o tres veces al año, estos destinos figuran en su agenda vacacional. Y si a Thomas no le apetece el norte, se dirigirá al sur, a Austria.

 

«¿Quién aguanta más la respiración?»

Dos anécdotas de su entorno de trabajo después de la laringectomía le iluminaron la mirada durante la conversación. Como se ha mencionado al principio, Thomas era en el pasado trabajador social, con niños y jóvenes. Al preguntarle si su laringectomía le había acarreado alguna experiencia negativa, dijo no. En todo caso, siempre prevalió la curiosidad de sus pupilos. Por eso le gustaba retarlos al juego de a ver quién aguantaba más la respiración. Thomas siempre ganaba. Vale, puede que jugara con ventaja: mientras todos se tapaban la boca y la nariz (incluido Thomas), nadie se daba cuenta de que él respiraba por el traqueostoma.

Su otra experiencia pone de manifiesto hasta qué punto una actitud positiva puede facilitar la vida: Thomas tenía las dos manos ocupadas y sus pupilos le acosaban a preguntas. Sin embargo, no podía responder, por la imposibilidad de cerrar su HME. Uno de los niños preguntó espontáneamente si debía apretar el dispositivo, y Thomas ya fue capaz de dar una respuesta satisfactoria. ¡A eso se le llama un buen trabajo en equipo!