Susurros de ciudad

 

Muchas gracias por esta charla tan agradable.La necesidad aguza el ingenio. ¡Cuántas veces se ha demostrado! Para Hans Haaga, era natural seguir con sus queridas visitas urbanas guiadas por Stuttgart y Ludwigsburg, incluso después de su cirugía de laringe. Pero ¿cómo hacerlo sin una voz potente?

Hace mucho que Hans Haaga y su esposa descubrieron su afición por las visitas urbanas. Al principio, disfrutaban con solo participar en las ruta. Un día, Hans estaba buscando un regalo especial para su mejor amigo y decidió regalarle una visita guiada por la ciudad en la que nacieron. Como no había ninguna oferta al público, optó por diseñar una él mismo y fue consciente de lo mucho que disfrutaba investigando en archivos y sumergiéndose en la historia. Así que Hans decidió ir más allá en su idea y ofrecerla a los turistas. Había nacido un nuevo interés.

 

Pero entonces llegó el diagnóstico de cáncer de laringe. Al principio, aquello le puso la vida completamente patas arriba. ¿Cuál era el siguiente paso? ¿Qué terapia debería elegir? Tras una exhaustiva consulta médica, Hans decidió someterse a una laringectomía. Tras la operación, se recuperó sin contratiempos y a los pocos días ya pudo volver a dar largos paseos y, nada más volver a casa, montar en bicicleta (aunque eléctrica) y cultivar su propio viñedo. Tampoco tardó en adquirir la voz susurrante, solo que hasta la fecha sigue sin lograr hablar en voz alta. A pesar de ello, no se planteó renunciar a las apreciadas visitas guiadas. El «año del coronavirus» 2021 le brindó el intervalo necesario, ya que no se permitían las visitas guiadas por la ciudad. Fue entonces cuando Hans empezó nuevamente a reflexionar: ¿Y si convirtiera a los oyentes pasivos en participantes activos?

 

Hans Haaga, 71 años

Hans Haaga está laringectomizado desde 2021 y desde entonces permanece al cuidado de Andreas Fahl Medizintechnik-Vertrieb GmbH. A este hombre multiactivo le basta con moverse, preferiblemente en la naturaleza. En Ochsenbach, en el hermoso Kirbachtal, cultiva un pequeño viñedo para consumo propio. En los años buenos saca hasta 200 litros de caldo, que vinifica él mismo. También elabora su propia sidra de manzana de los huertos de uso público. Por el momento, le está atendiendo por nuestro visitador médico Daniel Knaus. Está plenamente satisfecho con la empresa FAHL.

 

Lo pasivo se convierte en (inter)activo

Así que… ¡manos a la obra! Hans trasladó al papel lo que hasta entonces había contado de memoria. Llevó su tiempo, pero mereció la pena. En la actualidad, o bien su esposa Sonja le apoya y lee el texto en los puntos adecuados, o bien lo hacen los propios participantes. De este modo, las visitas son aún más animadas y realmente interactivas. Esta novedad ha cosechado una extraordinaria aceptación. Hans Haaga aún puede responder a las preguntas, pero en este caso los participantes tienen que afinar el oído. A veces, cuando no se le entiende inmediatamente, Sonja «traduce», lo que a veces provoca sonoras carcajadas.

 

«Me gustaría hacer un llamamientoy animar
a todo el mundo:¡No se abandonen
y saquen lo mejor de sí mismos!»

 

Hans tiene ahora 20 temas diferentes en su programa, algunos de los cuales se solapan. No hay dos visitas guiadas iguales. Básicamente, cada visita urbana guiada por la ciudad solo se hace una vez y luego se modifica, porque el autodidacta siempre encuentra nuevos detalles e información. También se suelen solicitar visitas guiadas sobre temas específicos. Una vez le pareció muy emocionante un encargo para una despedida de soltero sobre el tema de la cerveza de Stuttgart, que resultó muy divertido. Desde el año pasado, también ofrece una visita guiada en bicicleta: durante el recorrido se hacen paradas intermedias y Hans explica las características históricas del entorno. En total, se recorren 54 km. ¡Un logro del que enorgullecerse!

 

En el fondo, todo sigue igual

El único cambio real con respecto a las visitas urbanas guiadas que realizaba antes de su operación es que el tamaño del grupo se limita a 15 personas. Por lo demás, todo sigue igual, informa Hans. Además, el «cómo» de la visita guiada no es en absoluto el núcleo de la actividad. Todos los participantes están informados de antemano sobre la particularidad de la visita, y hasta ahora no ha habido ningún problema. Además de las visitas urbanas guiadas, Hans Haaga es un apasionado piloto de trial, y así lleva 40 años siendo. En principio, tenía que dejarlo al cumplir los 70, pero disfruta demasiado. También se le puede ver regularmente en el bosque haciendo leña. Tampoco tiene calefacción central.

Queríamos saber cómo se recupera después de un día duro. La respuesta es sencilla: se bebe una cerveza y escucha algo de música. Preferiblemente los Beatles o Pink Floyd; con el tocadiscos, por supuesto. Su situación vital no le parece particularmente peculiar. «Es lo que hay», afirma. Dijo ser consciente de que a otras personas con anamnesis similares no les va tan bien como a él. Sin embargo, cree que rendirse es el camino equivocado. «Me gustaría hacer un llamamiento y animar a todo el mundo: ¡No se abandonen y saquen lo mejor de sí mismos!»