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Un desarrollo colosal

 

Una piedra angular para el espíritu de la empresa, los valores familiares y la unión, la alta fidelización de los clientes y tres décadas de crecimiento: un relato de éxito que empieza entre las mismas cuatro paredes. Entrevista a quien dio nombre a la firma, de la que es propietario y director gerente, Andreas Fahl.

SCHON GEHÖRT?: Sr. Fahl, 30 años de empresa Fahl. Un largo tiempo con un desarrollo colosal. Al volver la vista atrás, ¿qué es lo primero que le viene a la mente?

Fahl: Hace mucho tiempo de todo esto. Qué rápido pasa el tiempo. Este año se cumplen 30 años. Increíble. A veces parece que fue ayer cuando decidí dar el paso al autoempleo. Hoy es imposible de imaginar. En aquella época, mi sala de estar era a la vez oficina y almacén. Por todas partes había productos; ordenados, naturalmente. No era precisamente lo que se dice un hogar acogedor. En 1992, aquello aún era viable. Sin embargo, con todas las normas y reglamentos actuales, este planteamiento no sería factible.

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SCHON GEHÖRT?: ¿De verdad? ¿El germen fue en su propia sala de estar? ¿Cómo continuó la historia de la FAHL?

Fahl: Al principio hubo mucho que hacer. Yo era mi propio comercial. ¿Pero qué significa ser comercial? Antes de poder atender a los pacientes, se requería mucho trabajo de preparación. Primero busqué productos y proveedores. Después redacté el catálogo y las instrucciones de uso. El siguiente paso fue sentarme con las compañías de seguros de enfermedad y negociar los contratos para la facturación. De veras fue así: llamé a las mutuas, concerté una cita, me presenté y concluí los contratos. ¡Muy sencillo! Hoy no pasaría del registro (risas). Una vez asegurada la posibilidad de facturar, pude tratar a mi primer paciente aquí, en Colonia, al cabo de dos meses: el 1 de septiembre de 1992. Después arrancaron todas las giras por Alemania. De norte a sur y de este a oeste. Algunos días eran realmente largos, no eran raras las jornadas de 18 a 20 horas. Cuando volvía a casa de mis giras, había que empaquetar los primeros kits de inicio para el día siguiente. En 1992 me trasladé finalmente a mis primeras oficinas en Colonia Rath. Gracias a las primeras contrataciones de personal por fin dispuse de más tiempo. Esto también nos permitió crecer en muchos sentidos. En 1996 nos trasladamos de nuevo a un local mayor. Del número 592 al 702 de la Rösrather Straße, aquí en Colonia. Lo bueno es que muchos de estos empleados siguen trabajando hoy en FAHL y, por tanto, llevan en la empresa desde el principio. Me alegra mucho, un gran equipo.

SCHON GEHÖRT?: Un progreso vertiginoso de la empresa FAHL, sobre todo en los primeros años. ¿Cuáles son los éxitos de los que se siente especialmente orgulloso?

Fahl: Otro hito, que también marcó un punto de inflexión en la historia de la empresa, fue la inauguración y el traslado a los locales del edificio corporativo propio en 2002. Simbolizaba el tránsito de una pequeña empresa a una mediana empresa. Aunque no soy supersticioso, cuando pusimos las primeras piedras del edificio, en una de ellas introdujimos una cápsula del tiempo. ¿Qué metió en el interior? Desde luego, cosas que tengan relación con esta empresa, como cánulas traqueales o un retrato de mi hijo que yo mismo había pintado. Esta cápsula o piedra angular debe tener duende. Como puede ver, en la actualidad seguimos trabajando con buenos resultados. Así que supongo que tiene duende (se ríe). Con el nuevo edificio, muchas cosas resultaron más fáciles. El número de empleados aumentó considerablemente, se fundaron y se combinaron organizativamente nuevos departamentos. Por supuesto, también tuvimos que crear soluciones técnicas para superar el problema del tráfico de datos emergente. Cuando empezamos, todo se escribía en papel. Hoy en día, intentamos trabajar digitalmente lo mejor que podemos. Estos cambios forman parte del juego.

SCHON GEHÖRT?: «Cambio» es una palabra clave excelente. En el camino hacia el éxito, por desgracia, siempre hay contratiempos. ¿Cómo los ha superado?

Fahl: Ya de pequeño aprendí que, cuando una puerta se cierra, otra se abre. Verá, soy el sexto de siete hijos y siempre se abrían y cerraban puertas. En 30 años surgen, efectivamente, circunstancias que pueden definirse como contratiempos. Es una cuestión de actitud. En retrospectiva, puedo decir que todo ha salido bien. Sobre todo nuestros clientes, los afectados, son mis mejores modelos y mi fuente de motivación. Quien siga haciendo que su vida merezca la pena a pesar de una enfermedad grave, por ejemplo, tras una laringectomía, ha hecho una gran proeza. En comparación, mis retos empresariales me parecen cualquier cosa menos insalvables.

SCHON GEHÖRT?: Una actitud ante la vida muy positiva. Crecer también significa asumir responsabilidad, por ejemplo, de sus propios empleados. ¿Cómo lo afronta?

Fahl: Sobre todo al principio, este era un tema completamente nuevo para mí. Cada decisión que he tomado ha repercutido en mi personal. Pero, lamentablemente, el ciclo no acaba ahí. Cada empleado tiene también familias sobre las que tengo una responsabilidad añadida en el sentido más amplio. Esta realidad me ha causado una o dos noches de insomnio. Afortunadamente, todo ha ido bien hasta ahora. Ahora bien, los últimos meses han adquirido una dimensión completamente diferente, con el coronavirus. Especialmente, esa incertidumbre —sobre qué podía pasar y cuáles eran las directrices médicas— costaba de gestionar. No obstante, también logramos superar la situación. Donde muchas empresas han apostado por la jornada reducida, nosotros hemos encontrado otras soluciones. Afortunadamente, parece que la situación del coronavirus está amainando.

SCHON GEHÖRT?: A menudo los pacientes cuentan complacidos que incluso los ha atendido usted personalmente o que le conocen en persona. ¿Cómo le hace sentir eso?

Fahl: Para empezar, la interacción con los pacientes es la razón por la que fundé esta empresa. Incluso durante mi formación, busqué el contacto con los afectados. Esta comunicación siempre ha sido para mí un gran estímulo. También es la razón por la que valoro tanto la colaboración con los pacientes y las asociaciones de laringectomizados y me gusta invitarlos a mi empresa. El otro día asistí al 40.º aniversario de una asociación. También me habían invitado a la ceremonia de inauguración de esa entidad. A menudo dedico tiempo a esta interacción personal con los afectados y las asociaciones. Estas personas me dan la motivación necesaria para seguir adelante cada día. Por desgracia, ya no dispongo de tiempo para visitar a domicilio, por ejemplo, para impartir una sesión informativa sobre el kit de inicio, pero quizá sea un buen momento para intensificar el contacto.

SCHON GEHÖRT?: Muchos empleados llevan con usted desde el principio. Sí, es más: el primer aprendiz sigue siendo miembro del equipo FAHL. En su opinión, ¿a qué se debe?

Fahl: Siempre me pareció de gran importancia mantener la cultura empresarial inicial o, para ser más preciso, el ambiente familiar. Aunque suene exagerado,¡somos una familia! El personal se conoce y se echa una mano más allá de lo que exige la labor en equipo. También hemos prescindido por completo de las grandes estructuras o jerarquías. La plantilla me tiene a su disposición. Todo el mundo sabe dónde está mi despacho. Si vienen mal dadas, me tomo el tiempo necesario y encontramos juntos una solución. Por supuesto, no se puede comparar en términos de igualdad la organización actual con los inicios. No es lo mismo querer hablar con cinco empleados que ser la persona de contacto de más de 260 empleados. Por no hablar del contexto internacional. El tiempo es un recurso y, se ve reducido en proporción al crecimiento de una empresa. Esta circunstancia puede dar fácilmente la impresión de que uno es inaccesible. Esa no es mi intención y trabajaré en ello.

SCHON GEHÖRT?: Una expresión clave era «empresa familiar». En este aspecto, ¿qué le distingue de nuestros competidores?

Fahl: Buena pregunta. Siempre hemos sido una empresa familiar, lo cual me enorgullece. Hoy puedo decir simplemente que seguimos siendo una de las pocas empresas familiares de Alemania en el sector asistencial de la traqueotomía con producción propia. Y esto presenta claras ventajas. Como propietario, puedo tomar y aplicar decisiones rápidamente cuando es preciso. Para nosotros, los pacientes o clientes están en primer plano y en el núcleo de nuestras acciones. Este es también uno de los motivos de que nuestra cartera de productos sea tan amplia. Queremos satisfacer las necesidades de nuestros clientes. Por un lado, con nuestro servicio y, por otro, con nuestros productos. Si aún no existe una oferta para cubrir una necesidad, me comprometo personalmente a colmar este vacío. Se trata de un ciclo fundamental para mí. Lo que nos devuelve a la fuente de motivación que ya he mencionado antes: el paciente. En este caso, el beneficio es secundario por el momento. Por supuesto, también tenemos que actuar económicamente. Sin embargo, como ya también he dicho, no tenemos que plantearnos más intereses que los de nuestros clientes. Y, por supuesto, tenemos en cuenta las disposiciones y reglamentos que se aplican a la tecnología médica en la actualidad.

SCHON GEHÖRT?: Concluyamos, pues, con una breve mirada al futuro. Sobre todo en tecnología médica hay grandes avances, siendo MDR la palabra clave. ¿Cómo cree que evolucionará la industria? ¿Qué papel desempeña en ello la empresa Fahl?

Fahl: Espero que un gran papel (ríe). En los últimos 30 años, hemos demostrado la forja de un nombre en el tratamiento del traqueostoma en Alemania y más allá de las fronteras. Yo fui el artífice de los inicios. Sin embargo, hoy no estaría aquí si no pudiera confiar en mi equipo. Lo agradezco muchísimo. Y con este equipo también superaremos los próximos 30 años. El MDR en particular y su aplicación es una gran tarea en la que invertimos mucha energía. Sobre todo, se pone a prueba el factor coste-beneficio de nuestros productos. No obstante, también seguiremos desarrollándonos en otros ámbitos. La pandemia nos lo ha demostrado. En los próximos años, también tendremos que actualizarnos en el ámbito digital, para hacer frente a los retos del futuro. Con la nueva página web, ya hemos preparado el camino. Un paso en la dirección correcta. En resumen, espero con ilusión los años venideros. Estamos bien posicionados, contamos con empleados cualificados, un servicio orientado a las soluciones y clientes fieles. ¡Que así siga!

Andreas Fahl

Propietario y fundador de Andreas Fahl Medizintechnik-Vertrieb GmbH, a la que dio su nombre. Siendo un «joven coloniense», Andreas completó su formación como comerciante mayorista y de comercio exterior en Hassheider Medizintechnik GmbH en 1982. Allí también se sentaron las bases de sus ideas y dedicación. La empresa Hassheider fue una de las primeras en fabricar productos sanitarios para pacientes laringectomizados. A raíz de la interacción con pacientes laringectomizados y su deseo de ayudarles, Andreas siguió en 1992 la iniciativa de trabajar como autónomo en pro del bienestar de los afectados. En la actualidad, el contacto personal sigue importándole mucho. Por eso es tan importante para él la colaboración, p. ej., con los pacientes, las asociaciones y los médicos.

Como propietario, Andreas rige su vida según el lema: Por su cuenta y sin cesar. Ni siquiera se permite desconectar en vacaciones. Sin embargo, su profunda pasión por el modelismo ferroviario le aporta el esparcimiento que necesita. Con el tiempo, el pequeño regalo que aquel niño de siete años encontró bajo el árbol de Navidad se ha convertido en un mundo en miniatura de 44 m2. Solo lo aparca durante lo que el mundo germánico denominan la quinta temporada: el Carnaval de Colonia. ¡Todo un joven coloniense!